martes, 14 de septiembre de 2010

Facundo Cabral vivió la Independencia en el Teatro Metropólitan

El cantautor argentino Facundo Cabral celebró a la vida, a Dios y al amor en el concierto que ofreció en la capital mexicana ante más de tres mil personas.
El público lo ovacionó de pie apenas apareció sobre el escenario del majestuoso recinto del Centro Histórico.
Agradecido por las muestras de cariño que sus fieles seguidores le expresaron, el artista inició el recital de apenas una hora con 45 minutos.
El cantautor que dice estar influenciado en lo espiritual por Jesús, Gandhi y la madre Teresa de Calcuta, mientras que en la literatura por Jorge Luis Borges y Walt Whitman, ocupó varios minutos de su espectáculo para platicar a los asistentes infinidad de anécdotas. Como ya es su costumbre, también reflexionó sobre la vida la vida y la muerte.
Sobre todo, hizo énfasis en el cáncer que logró vencer hace algún tiempo; sin embargo, dijo: ‘Estoy preparado para la muerte.
Dios es el rey del universo y va conmigo a todas partes, destacó para luego entregar el tema: Dios va contigo a todas partes.
Cabral recordó los atentados del 11 de septiembre de 2001 en que dos aviones se estrellaron frente a las Torres Gemelas en Nueva York.
Luego de hacer unos señalamientos al respecto, reflexionó que habrá un juicio final y que el Señor no juzgará a uno por uno sino en promedio. “Si sucede así, estamos salvados porque la mayoría es buena gente, aunque el bien no se nota debido a que es silencioso”.
Sentimientos como su gran amor por la vida y por Dios fue lo que resaltó en el concierto que ofreció Cabral, quien este domingo lució disminuido físicamente y con voz cansada, pero con una envidiable actitud positiva y su inigualable sentido del humor.
De esta forma, su público no dejó de celebrar su presencia, sus diálogos, sus canciones y su grandiosa humildad señorial al entregar obras musicales como: Ella no dice nada, Yo no vendo, yo no compro, Vuele bajo, Los ejes de mi carreta y Este es un nuevo día.
Facundo Cabral, ataviado con camisa blanca, pantalón de mezclilla y chamarra café, con sus lentes de carey y acompañado de su guitarra, una copa de vino y su bastón al lado, entonó los primeros acordes de Cielito lindo, canción de la que, destacó, “me fascina”.
Tras comentar que le gusta mucho escuchar a José José y a Marco Antonio Muñiz, recordó que hace tiempo tuvo la oportunidad de conversar con Gabriel García Márquez y con Tania Libertad, de quienes aprendió bastante.
Gabo me dijo que nos envidiaba por la capacidad de cantar, porque cantar era como soñar en voz alta, acotó.
Al final todo fue aplaudir y aplaudir, pero Facundo Cabral no cantó más después de entregar el éxito: No soy de aquí, ni soy de allá, que fue coreado por el público de principio a fin.
“Primero Dios, nos volveremos a encontrar para cantar su gloria, para decirle que ya entendimos lo importante que es vivir. Por tu bello mundo, gracias Señor”, anotó Cabral al despedirse.

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