El paseo que conecta el mítico Hotel María Cristina y el imponente Kursaal de Moneo se verá engalanado en esta 58 edición del Festival de San Sebastián por 200 metros de moqueta de color negro.
Algunos rumores apuntaban en tono jocoso que se podría tratar de un efecto más de la crisis. Sin embargo, desde la dirección del Festival de San Sebastián se ha aclarado que el motivo es puramente estético.
Se trata de mantener una línea cromática con el cártel elegido en esta ocasión, que tiene la fotografía de una joven en blanco y negro como protagonista y cuyos colores son amarillo y negro. Con estos dos colores se ha realizado toda la cartelería y el merchandising a disposición de público e invitados.
Así que habrá que acostumbrarse a este cambio y ver si las estrellas y, sobre todo, el público logran acostumbrarse a esta (arriesgada) innovación.
EL PÚBLICO VOLCADO
El público precisamente, y como todos los años, está siento protagonista de este inicio de festival. Parece que la crisis no ha afectado al ritmo de venta de las entradas -cerca de 70.000 vendidas antes de que se levantara el telón- y la ciudad se ha volcado, como siempre, dando calor a las estrellas que llegan a la ciudad.
Además de los rostros populares ya confirmados, en las últimas horas se ha apuntado a la posibilidad de que Kristin Scott Thomas ('El paciente inglés') llegue hasta Donosti para presentar el próximo sábado 26 de septiembre 'La llave de Sara', de Paquet Brenner, que es la elegida para clausura el concurso este año.
Habrá que ver si la actriz británica Kristin Scott Thomas, residente desde hace tiempo en Francia, cruza la frontera para visitar la ciudad.
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