domingo, 12 de septiembre de 2010

Regresa Olivia Newton-John al cine musical

Luego de que hace unos meses Olivia Newton-John volviera a ser noticia con su actuación especial en la serie Glee, regresa al cine musical con la producción canadiense Score: A Hockey Musical, que presentó la noche del jueves en el Festival Internacional de Cine de Toronto.


"Si es música combinada con cine, es la mejor amalgama", asegura la actriz, quien tiene en la historia un papel de reparto, como la madre de uno de los protagonistas.



La cantante, actriz, filántropa y activista, de 61 años, comenta en entrevista, dentro de la promoción del filme, que luego de sucesos oscuros en su vida, como haber sobrevivido al cáncer, aprendió a quitarse lastres insignificantes.



"Jamás le desearé el mal a alguien, pero siento que a veces, cuando llegamos hasta el fondo del dolor, entendemos nuestro motivo de vida, la razón de ser, la historia que vivimos y por qué la vivimos.



"Cuando yo pasé (por la enfermedad) me sentí frustrada e impotente. Al superarla, gracias a Dios, entendí que me reconocí como un ser humano con sentimientos, no como una autómata que solo trabajaba. Así aprecié hasta el amanecer y el atardecer, la lluvia y el frío, las olas, las montañas. Aprendí a ver y escuchar todo a mi alrededor", dice Newton-John.



Ícono de la música y el séptimo arte en los años ochenta, la actriz, nacida en Inglaterra, pero crecida en Australia, recuerda que en 1992 fue aquejada por el mal que la hizo cambiar sus hábitos de vida.



"Era una mujer consagrada al trabajo y me di cuenta que, sin bienestar personal, no funcionaba. Si estaba vacía o adormilada, se notaba, era lo que transmitía. Yo no sé qué esperaba, pero recargué mis baterías. Ahora, cada día celebro la vida y no tener lastres, odios, resentimientos, quejas. Soy una mujer más libre. Aprendí a aligerarme, a no cargar con rencores, con dolos ajenos", comenta.



Conocida como la emblemática Sandy de Vaselina, y Kira, de Xanadú, Newton-John afirma que vive con "colores de rosa y tonos pastel" su época actual.



Y no se arrepiente de haber cambiado la fama por sus metas personales.



"El éxito ya lo viví y me entregué a él con tiempo y dedicación. Lo disfruté. La fama fue genial, pero cada quien tiene su espacio. Hay nuevas estrellas en el cine, en la radio y, en 20 o 30 años, las veremos haciendo su vida personal, mucho más concentradas en la familia, las amistades, que en la fama a manos llenas.



"Es un proceso natural de la vida. Al ser humano no lo conformas con nada porque siempre quiere más, y lo digo en un sentido positivo. Si nos conformáramos con todo, no habría procesos, crecimiento. Yo canto por cantar, no por fama; actúo por actuar, no por ser popular".



Y está abierta a otros proyectos y propuestas, señala, aunque su prioridad es su matrimonio con John Easterling, con quien se casó hace tres años y por quien se mudó de Malibú a Florida.



Se divierte en Glee



Con su regreso a la pantalla grande, con Score: A Hockey Musical, y a la chica, con Glee, Olivia Newton John confirma su gusto por los musicales.



"Participar en Glee fue una experiencia divertidísima. Fue un trabajo que me rejuveneció. Hacer esta película fue muy interesante porque aprendí mucho más de hockey, vi este deporte desde una perspectiva nueva, cambié mi forma de pensar de esta disciplina.



"Antes lo veía solo como un deporte rudo, de mucha fuerza, pero descubrí que la táctica, la estrategia, como todo en la vida, son muy importantes", señaló Newton-John.

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