Sí, el botox (esa cosa que se inyectan las famosas para aparentar los años y que les deja la cara con apenas flexibilidad para sonreír) ha hecho que la celebridad presumiera tales moretones en los ojos aparentemente por un efecto secundario que por suerte se va a las pocas horas de presentarse.
Kim Kardashian quiso inyectarse un poco de la sustancia para tratar las arrugas que, según ella, comienzan a aparecer en su rostro a sus 29 años.
Y es que la modelo confiesa estar preocupada por envejecer, asegurando que su cumpleaños número treinta la tiene "apenada" y "asustada" y la hace sentir más grande de lo que en realidad es, incluso dice que las arrugas que comienza a tener le dan comezón. Pues no se le ocurrió mejor idea que inyectarse un poco de botox para sentirse mejor y vaya sorpresa que se llevó.
Eso sí, Kim Kardashian afirma que no volverá a inyectarse nada, al menos no hasta que llegue a su cumpleaños número cuarenta. Bueno, algo es algo..
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