martes, 5 de octubre de 2010

Bunbury rompe el silencio

Cerca del escenario una frase terminó con el silencio: “Te amo Enrique”. No era una voz dulce sino tan grave que retumbó hasta el segundo piso del Auditorio Nacional. Era un hombre vestido de negro, con sombrero que dejaba asomar su cabello quebrado y esponjado, es decir, un look similar al del cantante aragonés.
Después de eso, las 10 mil personas que llenaron el foro le regalaron a Enrique Bunbury una calurosa bienvenida. El cantante, de 43 años y que vistió de negro con vivos rojos, apareció en el escenario, el cual parecía sacado de un show de la tv de los años 60: una plataforma redonda con luces alrededor y un micrófono colocado al centro.
Tuvieron que pasar 15 canciones para que la niña Zoé, de cuatro años de edad, entrara en acción al corear “Sí”, una de sus temas favoritos, según dijo su padre. La niña venía acompañada de sus padres y a su corta edad era ya la segunda vez que veía a Bunbury. La primera fue en el tour que el nacido en Zaragoza, España, ofreció en el Foro Sol en marzo 2009, justo antes que México viviera la emergencia de la influenza.
Ya con el clásico “El extranjero”, la niña Zoé había asomado cierta energía con algunos saltos sobre su butaca. Y fue precisamente en esta canción donde el cantante provocó los gritos del público al interpretar la estrofa “me siento en casa en América y en Antigua quisiera morir”. La Antigua que menciona es un municipio de Veracruz que curiosamente hoy es noticia, ya que fue devastado por las lluvias del huracán Karl.
En esta segunda parte del tour “Las consecuencias” que comenzó el 1 de octubre en Puebla, Bunbury tuvo la oportunidad de presentar su disco número seis como solista. Pero también se dio el lujo de hacer un homenaje a su antigua banda, Héroes del silencio. En sus conciertos, Bunbury no suele interpretar canciones de este grupo que lo llevó a recorrer el mundo entero, sin embargo, en el concierto de anoche anunció: “El álbum Sendas de traición cumple 20 años en octubre y por eso voy a cantar un tema que nunca había hecho en México”. Así que le regaló al público la canción “Senda”.
Frente a Bunbury, una mujer exigía que posara frente a su celular y le regalara un momento en exclusiva para ella, para tomarle una foto y un video.
De hecho, durante todo el concierto no dejó un solo instante el celular, a pesar de que los elementos de seguridad le pedían que dejara de grabar. A su lado, otra mujer cargaba a su pequeña hija de dos años de edad, una bebé que aplaudía a petición de su madre. Igual que ellas, los 10 mil fans que abarrotaron el foro se deleitaron con un concierto lleno de clásicos como como “Que tengas suertecita”, “Bujías para el dolor”, “Sólo si me perdonas”, “Sácame de aquí” y Lady Blue”.
 
Bunbury y México
La relación entre Bunbury y sus seguidores en México parece insaciable. Es natural entonces que el de anoche fuera apenas el comienzo de una serie de cinco conciertos en el Auditorio Nacional.
En suma, habrán sido poco más de 50 mil espectadores complacidos por la música del cantante español quien asegura, por cierto, que lleva “un pedacito de México en el corazón y otro tanto en cada álbum”.
La gira en su totalidad terminará en diciembre de este año y entonces habrá sumado 106 conciertos en ciudades de España, Estados Unidos, México, y otras naciones de Sudamérica. La hazaña de esta gira es respetable aunque en la memoria de sus fans sigue presente otra sucedida en México hace un año y que fue más cuantiosa: con el tour “Hellville” dio en un concierto que reunió a 45 mil personas en el Foro Sol en el mes de marzo del año 2009.
Esa noche le bastaron dos horas y media para agotar no sólo el extásis de sus seguidores sino también una botella de tequila.
La bebida no es una casualidad anecdótica sino uno de los rasgos del “Bunbury mexicano”. Además del tequila, idolatra a José Alffredo Jiménez, al que considera uno de los mejores compositores de habla hispana en el mundo. Tan sólo en septiembre de este año, y con motivo del Bicentenario de la Independencia de México, el cantante participó en el disco BiMexicano, nuestros clásicos hechos rock, en donde Bunbury presenta la canción “Vámonos”, de José Alfredo.
La de Bunbury y México es una relación bien correspondida.
El disco que dio origen a la actual gira y que se llama también Las consecuencias obtuvo certificación de Disco de Oro aun antes de que saliera a las tiendas en México. Mediante el sistema de preventa, este álbum ya había sido comprado por 30 mil fans antes de su fecha de lanzamiento.
Esa misma sensación de pasión mutua existe con los españoles.
Las consecuencias es actualmente el álbum número uno tanto en ventas físicas (formato vinilo y CD) como digitales (a través de iTunes). Y en un ámbito más global, el videoclip de su sencillo “Frente a frente” ha sido el más visto, según certifica Nilssen Music Control con más de un millón y medio de visitas en YouTube.

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