Famosos, admiradores, amigos y familiares le dieron a Tony Curtis un último adiós en un servicio funeral público para conmemorar la vida del astro del cine. El actor de 85 años, protagonista de filmes como "Fugitivos", "Espartaco" y "Una Eva y dos Adanes", murió el miércoles en su casa en Henderson tras sufrir un ataque cardiaco.
Conocido por pasar de ser un chico lindo a finales de los 40 a un actor serio a principios de los 50, Curtis se reinventó a lo largo de décadas de trabajo, evitando encasillarse en un tipo de papel particular. Su transformación se completó en "El dulce sabor del éxito" de 1957, con su papel de sórdido agente de prensa manipulado por un despiadado columnista (Burt Lancaster).
En persona, dijo Kilroy, a Curtis le encantaba darle a sus amigos y fans algo especial para hacer de sus encuentros algo memorable.
"Tenía cierto modo de hacer sentir a todos como si fueran 'Espartaco'", dijo Kilroy.
Tras el funeral de una hora, siguió su sepelio y luego una recepción para 200 invitados en el hotel y casino Luxor de Las Vegas.
Jamie Lee Curtis, hija de Curtis de su primer matrimonio con la actriz de "Psicosis" Janet Leigh, también asistió al evento.
La actriz se mantuvo distanciada de su padre largo tiempo, pero eventualmente se reconciliaron y Curtis se enorgullecía de los créditos cinematográficos de su hija, con títulos como "Perfect", "Halloween", "Mentiras verdaderas" y la nueva comedia "You Again".
Jamie Lee Curtis dijo en un comunicado que su padre dejaba un "legado de grandes actuaciones en películas y sus pinturas y ensamblajes".
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