Sean Connery y su esposa Micheline tenían que compadecer hoy ante el juzgado de Marbella para declarar por el “caso Goldfinger” y no ha hecho acto de presencia alegando problemas para preparar el viaje que podrían afectar su salud, ya que cuenta con 80 años de edad. No obstante, el actor pidió disculpas y se mostró dispuesto a cooperar con la justicia española.
Si bien no ha compadecido en presencia. El juzgado de Marbella que con tantas tramas se le va acumular el trabajo, va a enviar una comisión rogatoria al actor que consiste en realizar el interrogatorio desde la casa del actor en Bahamas, en un tiempo prudencial una vez que se redacte la comisión.
Por lo tanto el medio centenar de periodistas que le esperaban esta mañana se encontraron con el plantón del actor. Tanto al Conney como a su mujer se les relaciona con la recalificación irregular de una parcela en Marbella. Si bien el abogado amenaza con demandar al Estado por el perjuicio que le ha causado al actor el que se conozcan sus anomalías con la justicia española.
Esta citación se realiza después de que la “más alta autoridad del Reino Unido en España” informara al juzgado sobre el interés de Connery “de tomar conocimiento de los hechos que se le imputan tanto a él como a su esposa, así como de tomar conocimiento íntegro de lo actuado” y de que le notificaran las actuaciones.
En las diligencias en las que se ha citado a Connery, está su origen en la investigación de varios convenios urbanísticos, después de que la Fiscalía Anticorrupción presentara en 2006 una querella al analizar el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas sobre el Consistorio de Marbella.
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