viernes, 24 de septiembre de 2010

Los demos perdidos de Rockdrigo


Le dicen el Bob Dylan mexicano. El verdadero autor de la canción Metro Balderas -luego alterada y reinterpretada por El Tri- así como de No Tengo Tiempo, mejor conocida por las versiones de Heavy Nopal y otros roqueros "urbanos".
Apenas este fin de semana se cumplieron ya 25 años desde su fallecimiento. Lo mató el terremoto de 1985, aplastado por los escombros de su casa en la colonia Juárez. El chiste negro popularizó: "fue un pasón de cemento".
A su hija Amanda Lalena -hoy Amandititita- le reprochan inventar su "anarcumbia" en lugar de respetar la obra acústica de su padre. Y en parte por su prematuro deceso, los detractores consideran a Rockdrigo sobrevaluado, incluso con menor talento que su compañero "rupestre" Jaime López.
Pese a todo, el apodado Profeta del Nopal se ha convertido en referencia obligada en la historia del rock nacional. Acompañado únicamente de guitarra, armónica y el "cogote", sus crónicas sobre el Distrito Federal -cual Chava Flores roquero- permanecen aún en el imaginario de los escuchas.
Aunque bueno, no todas esas crónicas son conocidas por el público. Persiste en pleno año 2010 una polémica -que no leyenda urbana- alrededor de las inexploradas grabaciones caseras de Rodrigo González, aún en poder de José Xavier Návar, por cierto columnista de este periódico.
La historia inicia unos días antes de que Rockdrigo pereciera, justo cuando José Xavier -entonces jefe de prensa de Warner Music- lo convenciera de firmar para la disquera. Aunque renuente al principio, el músico le entregó unas sesenta rolas, entre inéditos y rarezas, para que fueran consideradas por los ejecutivos de ese sello discográfico.
Y desde entonces, tanto seguidores como medios de comunicación, se mantienen a la expectativa de lo que podría suceder con tales demos. A continuación, una entrevista con el involucrado...

Návar, el poseedor de los demos
Oriundo de Tampico, Rodrigo Eduardo González Guzmán nació en 1950 y junto con otros músicos como Rafael Catana, Nina Galindo y Armando Rosas promovió el denominado "movimiento rupestre" a principios de los años 80, una propuesta de rock básico, sin guitarras eléctricas y letras de inspiración urbana.  
José Xavier Návar lo conocía bien. Y fue el armónica de El Tri, Rafa Salgado, el que presentó al músico con el hoy periodista. Návar y González (ver foto) se encontraron en distintas ocasiones en el Tianguis del Chopo y luego platicaron sobre los demos en un restaurante cercano al Monumento a la Revolución.

Para el mediodía del 19 de septiembre de 1985, Rodrigo no contestaba el teléfono. "Todas las líneas están mal " se imaginó Xavier, hasta que en bicicleta arribó al domicilio del guitarrista. "Se había caído el edificio, ahí murió".
Návar platicó en principio con el padre del compositor, quien exigió le entregara las cintas para explotarlas de manera independiente. José Xavier se negó y decidió guardarlas mientras no tuviera certeza jurídica sobre a quién le pertenecían los derechos. "Se expresaba súper mal de él. Uno de los enemigos principales de Rodrigo era su papá, y ahora sí quiso aprovechar".
Amigos del desaparecido compositor también se interesaron. "Hasta los mismos rupestres me ofrecieron dinero por las cintas y no las saqué".
    - Pero han transcurrido más de dos décadas ¿Por qué no sacar ya a la luz esas grabaciones para el disfrute de sus admiradores?
    - Porque si las sacas y haces una copia, al rato todo el mundo -como estamos en el paraíso de la piratería-podría tenerlo. No lo he sacado porque aparte implican cosas legales y eso, sobre de quién son las cintas".
Apenas este fin de semana en la edición 1768 del semanario Proceso, la hermana del rupestre, Genoveva González, declaró que José Xavier le había advertido hace tres años que "las cintas me las regaló a mí" y sentenció: "no sé qué quiere el señor este, y si es un chiste suyo, no lo entiendo".
Návar niega que haya pronunciado el término "regalar" y se defiende: "a mí Rodrigo me los dio, yo los procesé con un amigo que es Francisco Miranda de Estudio 19, él las puso en una cinta". No obstante "alguna vez viendo si las podíamos sacar, era mucho problema, porque todo mundo es dueño de las cintas, de su familia todo mundo dice que es el dueño, el albacea".
Para el entrevistado, la heredera de los demos debe ser la hija Amanda Lalena. "Yo le dije que tenía unas cintas de su papá, entonces cuando se solucionen todos los problemas legales, pues yo las saco, se las doy". Y aclara: "¿cuánto puedo ganar? pues nada, pero si las sacas, te demandan y es una bronca".

 ¿Qué contienen las cintas?
En vida, Rodrigo González editó solamente un casete de nombre Hurbanistorias, que contenía una docena de rolas, entre ellas, Perro en el Periférico (audio) Balada del Asalariado y Vieja Ciudad de Hierro.
Luego de la tragedia de 1985, Ediciones Pentagrama publicó cuatro discos: la reedición en LP de Hurbanistorias; El Profeta del Nopal, de 1986; Aventuras en el Defe, para 1989, así como No Estoy Loco, de 1992.
José Xavier Návar explica al autor de este blog que los demos en su poder contienen 67 canciones, entre inéditos y versiones de temas ya conocidos. "El Metro Balderas con una letra que podía poner en otro ritmo; serían así como los rarities de Rockdrigo".
    - Algunos manejan que en realidad son las sesiones de Radio Educación ya descubiertas.
    - Una vez creo dijo Fausto: a sí, es que ya sé qué es eso, son las que te dio, pues yo las hice. Pero entonces ¿por qué todo mundo las pelea?
"Hay otras cosas más que poca gente sabe: cuando murió Rodrigo, el canal 13 -no existía TV Azteca ni nada- le iba a hacer un programa especial y se lo encomendó a José Buil (guionista de Perfume de Violetas) para hacer un documental. A la mera hora el canal se echó para atrás y a él ya le habían dado pietaje de cosas de Rodrigo. Ahí se producía un programa que se llamaba Flores de Asfalto. Hicieron uno con Rodrigo, pero para lograr ese programa se pasaron muchas horas grabando con él, porque el día que fue iba medio bien servido. Entonces repitieron mucho la misma toma, como el Let It Be de Rockdrigo. Tocó no sé cuántas veces el Metro Balderas, El ET, lo que fuera. Eso se lo dieron a Buil y él sacó una copia de eso, o sea que también existe un material inédito de muchas tomas alternas de la misma canción".
Por si fuera poco, existió una pieza que predijo la propia muerte del cantautor, al parecer en un curioso palomazo:
"En los 80 se hicieron unos conciertos en el Teatro Helénico. Estuvo Chac Mool, Briseño, Jaime López, Alain Derbez y Rodrigo González en un mismo programa. Los conciertos fueron un fracaso en cuestión de meter dinero. Pero cuando tocó Rodrigo, López y Alain, se echaron una canción que se llama El Rock Del Difunto... y luego se murió. Y esa la tengo. Es una cosa muy rara, porque fue captada con una grabadora Sanyo de mano. Fue premonitorio para lo que le pasó después a Rodrigo".
 

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