El nobel actor regresó a San Antonio de las Alazanas, su pueblo natal, sin aires de grandeza, con la satisfacción de haber arrancado aplausos y con numerosas imágenes que aún se están acomodando en su mente en forma de recuerdos.
“El mejor recuerdo es que tuve esa gran oportunidad de ir, nunca lo pensamos y de repente se dio de ir hasta por allá tan lejos, estuve tres días en Venecia y luego en Roma, también fuimos al Vaticano”.
A sus 82 años, nunca se imaginó que pisaría la Plaza de San Marcos, que su rostro se vería en la pantalla grande y mucho menos que se subiría a un avión por primera vez.
“No me dio miedo nada, se siente más feo en los camiones polleros que en el avión”, señala con una sonrisa franca.
A su regreso del Viejo Continente fue recibido con una cena compuesta por sus platillos favoritos: frijoles y huevo.
“Yo no me siento famoso, yo soy igual, como si no hubiera ido allá”, enfatiza.
A quien si le ha cambiado la vida es a Axel Damian Cabello, uno de los niños que intervienen en este trabajo dirigido por Guillermo Arriaga, incluso, ya hasta tiene guardaespaldas en la escuela.
“Mis amigos juegan a que son mis guardaespaldas, siempre me dicen que soy famoso, es más, hasta la directora ya les dijo a todos que soy actor de cine”.
Reunido en familia y con una bolsa de palomitas, Axel vio el estreno de su primer trabajo cinematográfico.
Rogelio Palos Sánchez puede decir que ser actor es algo que trae en la sangre, pues su papá en un conocido histrión saltillense, pero después de trabajar con Arriaga su vocación es aún más grande.
“Hay algo que me dijo el director Guillermo Arriaga, que si quiero ser un gran actor debo estudiar Inglés y no dejar de prepararme”, comenta el niño de 11 años, quien ya está tomando clases.
“Toda la escuela me felicitó en el saludo a la bandera, dijeron que soy un actor y que voy a salir en la tele”.
Sergio Áviles, productor de “El Pozo”, también se reunió anoche con familiares para ver el estreno a nivel nacional del cortometraje, que forma parte de la serie “Trece Formas de Amar a México”, organizada por Televisión Azteca.
“Coahuila me parece maravilloso para la cinematografía, la gente entrega lo mejor de sí, con este cortometraje se da a conocer algo muy propio”, afirma, “es el espíritu de las personas del desierto, también fue la confianza que les dio el director y porque en realidad todos tienen talento”.
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