lunes, 13 de septiembre de 2010

Sucesora del lugar de Anabel Ochoa

La actriz Elsy Reyes hizo el papel de monja en Barrera de amor, la última telenovela que produjo el fallecido Ernesto Alonso. Actualmente conduce el programa de sexualidad Contacto C+, que se transmite en el canal TVC (lunes y viernes a las 22 horas); además, tiene un blog sobre el mismo tema que ha recibido casi 2 millones y medio de visitas, un podcast que siempre anda en los primeros lugares en iTunes, escribe regularmente en las revistas Maxim, Men’s Healt y Conozca más. Los sábados se presenta en dos funciones de la obra de teatro Los monólogos de la vagina.




A pesar de tantas actividades, Elsy es más conocida por los ocho minutos que duró su última participación como sexóloga en el programa Matutino express, cuando el conductor Esteban Arce la interrumpió por “mal orientar” a los televidentes respecto al tema de la homosexualidad, que ella definió como preferencia y él como anormalidad.



Tu presencia en “Los monólogos de la vagina” resulta lógica, ¿no crees?



Estoy muy feliz porque se juntan mis dos facetas profesionales: actriz y orientadora sexual. Eso se da pocas veces en la vida. Inicialmente me invitaron por 10 funciones y luego me propusieron quedarme de manera permanente. Yo, encantada



¿Cómo te conviertes en sexóloga?



Siempre me interesó investigar acerca de sexualidad, tomé cursos y diplomados. En tiempo de vacas flacas como actriz, me dediqué a escribir artículos sobre ese tema y los envié a revistas, donde los aceptaron.



¿Conociste a Anabel Ochoa?



No tuve el gusto, pero escuché sus programas de radio. Fue una de las primeras mujeres en tratar la sexualidad de manera muy relajada, sin tabúes.



¿Es normal que no hayas regresado al programa “Matutino express” después de aquel numerito?



Supongo que sí.



¿Te dijeron algo a nivel directivo?



Oficialmente no, pero mucha gente de adentro me felicitó por haberme mantenido firme en mi posición.



¿Te han vuelto a llamar en Televisa?



Sí, claro. Seguí en la telenovela Hasta que el dinero nos separe, donde hacía el papel de una terapeuta sexual, y aparecía con mi propio nombre. En la vida real no soy terapeuta, sólo oriento en los medios de comunicación. También hice un capítulo de La rosa de Guadalupe y acabo de hacer casting en Para volver a amar, pero no me han dicho nada. Además, sigo con mis columnas en las revistas de Editorial Televisa.



¿Aspiras a un papel protagónico de telenovela?



Nunca ha sido mi aspiración, no es mi máximo, menos ahora que ya tengo una imagen consolidada en otra área.



¿Jamás te han hecho propuestas indecorosas para tener un buen papel?



No. Eso depende mucho de cómo te presentas a un casting; si llegas normalita o con el escote hasta el ombligo.



A la distancia, ¿cómo recuerdas aquellos últimos ocho minutos en “Matutino express”?



Fue un momento difícil, necesité mucho temple, y no me fijé en si él estaba o no enojado sino en transmitir un mensaje de tolerancia y respeto hacia la comunidad homosexual. Yo no veo diferencia entre una persona heterosexual y una homosexual. Me hubiera gustado haber sido más específica en los estudios que avalan mi postura, pero como estaban las cosas, no habría servido de nada que yo hubiera llevado al estudio a (Alfred) Kinsey.

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